lunes, 19 de enero de 2015

Por encima de todas las cosas.

Ámate por encima de todas las cosas.

Ama tu cuerpo,
ese cuerpo que te sostiene y mantiene,
miles de engranajes funcionando al mismo tiempo
estructura retorcida que da cobijo a su alma;
huesos, músculos, vísceras, sangre
todas tuyas y todas para ti,
andamiaje para tus sueños y deseos
pequeñas células que laten sin que lo notes
para que tú puedas continuar siendo.
La combinación perfecta de agua y sal,
de activación y sumisión
y tú, qué haces con él:
lo juzgas, lo miras, ignoras sus súplicas,
lo maltratas, lo subestimas.
Que sea perfecto,
sin darte cuenta de que ya lo eres
porque estás viva
porque tu cuerpo será el último que te abandone,
aguantará dándote aliento hasta el final.

Ama tu mente,
respeta tus malos pensamientos y tus obsesiones,
guarece tus  miedos  y acéptalos como hijos, tal como son,
y cuando llegue el momento, déjalos ir;
tus sueños y tus anhelos revoloteando por dentro de ti,
insuflándote coraje y fuerza
y tú empeñada en enterrarlos
bajo el lodo de la indiferencia;
tus impulsos sobrevolando tu conciencia
como buitres
carroña de la esperanza
que no, que no debe morir,
debe perdurar hasta el último parpadeo.
Y tú, látigo en mano, castigándote,
torturada y afligida por ser como no quieres,
por no rendirte
por "no poder soportar".

¿No soportas estar viva?
¿Te miras al espejo y te juzgas?

Desprecio para cada milímetro de ti
que palpita lleno de energía y furia.

Si me duele el pie, ya no lo quiero.
Si me llora el amor, odio el beso.

Y el pie sufre contigo, pero no te abandona.
Y el amor te tiende sus alas, aunque estén rotas.

Por favor, ámate por encima de todas las cosas.

1 comentario: