martes, 6 de enero de 2015

No pido tanto.

No pido tanto. Tu cuerpo resbalando deseo sobre el mío, tus manos abarcando mis lunares, mis grietas, mis miedos y mis ganas. Tu boca silenciada por mi lengua, tu bragueta buscando mis caderas. Sólo pido que la noche no acabe nunca, que los amaneceres sólo sean orgasmos explotando en nuestros pechos y entre nuestras piernas. Montarnos en un cohete que nos lleve hasta la luna, las estrellas mirándonos desnudos y muertas de envidia. Nuestros gemidos escuchándose por todo el universo, retumbando contra el eco vacío del tiempo finito de esta vida que se nos acaba. Pero este momento, es único. Mi ombligo chorreando intensión inconclusa, mi saliva como elixir en tu pecho, en tu cuello. En todas partes.

Golpea tu cuerpo contra el mío,aprietas tu cintura entre mis piernas. Me elevas, juegas con mis pechos.Mi pelo a tu antojo y me dejo llevar. Llevar a ti, a tu piel, a tu olor, a tu voz,  a tus ojos brillantes en la oscuridad pidiéndome más. Sobran las palabras, la ropa, las promesas. Tenemos el pacto íntimo que sólo se consigue haciendo el amor con las bocas, los dedos. Muerdes mis deseos y los haces explotar.

Has cogido todos mis sueños ocultos y los has iluminado.

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