miércoles, 18 de marzo de 2015

Casi del todo.

He abandonado mis dedos
sobre tus caderas
libres
bailan un vals sobre tus ganas
y mis palabras calladas.

He escondido mis labios
en un cálido hueco de tu cuello
y la saliva lo envuelve
y le dibuja sueños
apoyado sobre la almohada.

He secuestrado mi lengua
entre tus ojos
que me mandan en silencio
con un brillo profundo y sutil
que sabe decirme
lo que tu vientre quiere.

He pegado mi espalda
a tus huellas dactilares
para hacerme código de barras
y que sólo tus dedos
puedan leer todos mis oscuros
y profundos sentimientos.

He colgado mi suerte
entre tus temblorosas manos
que me hacen resbalar
y sólo me rescatan
en el último momento
cuando estoy a punto de marcharme.
Lejos,
para siempre
porque nunca te tuve del todo
porque jamás nos tendremos
en el aire
gas antinatural
que nos droga
y nos ahoga.