jueves, 1 de enero de 2015

How do we get out of this labirynth?

Un tornillo en la sien. Otra vuelta de tuerca, aprieta.
¿Dónde está tu límite?

[Where is my mind?]

Unos hombros para sostener tantos recuerdos, tantos miedos. ¿No sientes que vas a explotar? Temo el día en que todo haga "clic", ese último beso que lo tire todo por la borda, una despedida más que mis ojos no quieran guardar.
Demasiada memoria, demasiada sensibilidad. La locura a tu lado, cauta, acechándote, vigilante.
¿Cómo sabrás si eres lo suficientemente fuerte como para aguantar? ¿Acaso no has sucumbido ya?

La maldición de pensar, de tener un lenguaje finito, sentimientos que rebasan las palabras.
Ganas, te inundan.
¿De qué?

Crear. Incesantemente, hacer surgir algo nuevo de tu interior, que la realidad no te marque límites, que en tu cuerpo se desdibujen los márgenes. Sobreinclusión.
¿Y cómo saber lo que importa?

Delirar, con tu boca junto a la mía, tu cuerpo sobre mi vientre, manos en mis caderas. Amante, mi amante la demencia.

Envidias a los simples, a los conformistas. Y te dan tanta pena. Cómo vivir sin subirse a la noria, cómo no ver lo que las abejas se cuentan, cómo no sentir el húmedo musgo en los pies, cómo no ser el azul del cielo.
Hacia abajo, miran hacia abajo.
Yo miro hacia arriba. A mi mente. Rota, descosida. Tan llena. Cuarteada por el tiempo, amada y odiada.

Que todo deje de girar, apagar el cerebro.
Ese conflicto incesante de no querer ser como nadie y sentirse como todos.
El País de las Maravillas es lo que siento más real de todo este teatro. Sí señor, la vida es un teatro y siempre cae el telón.
¿Y qué papel tengo yo? No me tapéis los ojos, dejadme ver más allá de mis pies.

Citogénesis explosiva, ideas que luchan y chocan como asteroides, destellos de fuego que hacen tus ojos centellear. Chispas en tu corazón, nieve y calor en tu pecho. Copos. Brasas.

Lo he vuelto a hacer, he vuelto a perderme en mí.
¿Qué camino quieres escoger?
¿Dónde está tu hogar, Dorothy?
Eres el espantapájaros que ama lo que no puede tener.

Las conversaciones normales te cansan y abruman.
¿Dónde están los excepcionales? ¿Dónde queda el arrullo de las entrañas? Ese aleteo en el estómago, esa ardiente sensación entre las piernas.

Un monstruo detrás.
NO.
Dentro de mí.
¿Monstruo?

Doscientasmil partes de ti. Tú en mil luces y una gran oscuridad. ¿Y si te dejas caer por el agujero negro del conejo blanco? ¿Podrías volver? ¿Querrías hacerlo? ¿Descansarías al fin?

Mi Locura, mi Golliat.

Del laberinto sólo se sale al final.

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