lunes, 12 de enero de 2015

Vida.

No puedo más, el calor entre mis piernas busca constantemente tus dedos, tus juguetones dedos que encuentran el punto justo de éxtasis y rendición, mis labios flaqueando mientras te abres paso entre ellos y la humedad te empapa la mano y el alma.  Y la tuya a mí, me da en la cintura mientras muerdo tu boca y mis manos recorren tus ingles para hacerte estremecer y querer más y más de mí.

Domíname y sé sumido al mismo tiempo. Cógeme con fuerzas, pégate a mí. Ábreme a horcajadas con firmeza y cómeme como el manjar más exquisito que hayas probado nunca, bébeme y después, riégame mientras te derrites sobre mi pecho. Cálame los pezones mientras te pellizco entre mis dientes. Dame la vuelta, derrúmbame, ríndeme, y atraviésame. Explosión en mi garganta y en mis nalgas. Tiras de mi pelo como el jinete a su yegua y te golpeas contra mí mientras acelero el ritmo. Quiero mirarte a los ojos, que te inyectes mis lascivos iris en el cuello, moverme sobre ti y dejarte a punto. No desesperes mientras arqueo mi espalda. Tu dureza como una estaca contra mí, como las olas contra mi puerta y tu espuma invadiendo la cueva de mis secretos.

Tiemblas bajo mis caderas, yo la reina que marca tus gemidos y al fin, torrente por dentro de mí, caliente, a borbotones, que no cesa y se mezcla con mi fuente.
Elixir de la vida,
Grito de la victoria.

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