jueves, 1 de enero de 2015

Límite.

Tus manos frías como un pájaro herido
posándonse sobre mi vientre, al calor de mi ombligo.
Tus dedos reptando por la línea de la vida
colmando mis piernas de expectativas.
Tu lengua dibujándome constelaciones entre mis lunares,
saliva y espuma.
Bate tus alas, dame aire, libérate.
Te recojo en mi regazo,
tu mejilla salada sobre mi pecho,
ojos cerrados y alma herida.
Frágil y sublime.

Tu espalda sobre la mía,
mi nuca a tu aliento
no te veo,
te siento.

Me inquietan tus palabras en calma,
tus ojos siempre expectantes
brillantes ante detalles que nadie más percibe.
Intentas explicarte,
tu voz se quiebra
y se te olvida que yo estaba escuchándote
ensimismado en ti mismo,
pero entre mis piernas.

Como si la vida pesase veinte suspiros
y sólo quisieras compartirlo conmigo;
demasiado complicado,
eres demasiado complicado
y juntos hacemos una bonita maraña de delirios
sueños
orgasmos
pérdidas.

Acurrúcate y déjate llevar.
Mírame y no pienses.
Siente,
siente más.
Mucho más.
Dónde está tu límite
y llevarte hasta él.

Infinito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario