Pesadillas

Estoy hasta la polla. Perdonad mi expersión burda,machista y simple; o mejor,no la perdonéis porque yo hablo como me sale de los ovarios. Y esa es la verdad,estoy harta de de ti,de soñar contigo cada noche,de que no te vayas de mi cabeza y mucho menos,de mi córazón; que me importe lo que hagas o lo que dejes de hacer y que no pueda apartar la mirada de ti. Así lo digo,alto y claro,estaba mejor sin ti. Porque al menos,dormía cada noche,porque al menos,no tenía la esperanza de verte en cada rincón...

¿Sabéis esa sensación cuando os despertáis de un sueño y tenéis la certeza de que ha sido real? Lo más parecido a una alucinanción o a un delirio... Bien,pues entonces conoceréis esa sensación de felicidad que te invade cuando tu interior te muestra aquello que más deseas y lo cumple,lo crea de la nada y lo hace tuyo para siempre. Tras ello,vienen los amargos segundos de duda y,finalmente,el despertar: saber que nada ha sido verdadero,que no es más que tu mente jugando a ser feliz cuando bajas la guardia.

Sigo luchando cada día contra ello y mi razón,afortunadamente,está controlando mucho más la situación que antes...pero es como un tira y afloja,como un pulso en el que algún día,una de las dos partes cederá. Y viendo cómo son los sentimientos y con qué fuerza renacen en mí en mi subconsciente más profundo...creo adivinar quién va a salir vencedor en la partida. Simplemente,tú.

Al menos de algo estoy segura: mi orgullo y mi autoestima no me van a volver a abandonar,no me dejarán flaquear hasta llegar a lo más hondo del pozo,sino que me mantendrán alta para percatarme de mi valor. Y es mucho,créeme,pena si tú no lo supiste apreciar.