lunes, 16 de febrero de 2015

Dos.

Tus lágrimas colmando el mar,
mar que baña las estrellas
y ahoga el reflejo del sol.
Sangre sobre el horizonte
y tú como una nube
chorreando el miedo entre las manos.

Garganta apretada,
cabeza como meteorito
que revuelve el eje
de la existencia sin orden ni sentido.
Sin normas,
subir o bajar
o todo del revés.

Volcar el cielo en un huerto,
las semillas volar
y respirar el miedo negro
de cabrón
hollín en mejillas sonrosadas
de uñas manchadas
para excarvar en agujeros
de acantilados rotos por las olas bravas
de tus deseos.

Verte con los ojos en blanco
por mirar mi mente
por atisbar mis pensamientos
que se clavan en mis iris como alfileres
y te devuelven la torva sensación
de que alguien más se esconde
en mi interior.

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