miércoles, 22 de enero de 2014

Lecciones de amor


¿Por qué la gente dirá "contigo he aprendido a amar" o "tú me has enseñado a amar"?
Amar es de todo menos lecciones. Amar no es en general, amar es el detalle particular de esa persona en particular,aquella que sin mil cosas no querrías besar y aquellas mil cosas que, en otros labios, no podrías apreciar. Amar viene de dentro hacia fuera, y no al revés. Amo porque antes me me amé a mí misma y pude sentir aquello que me hacía grande y también, lo que me faltaba. Tú no eres un puzzle en el que encajen las piezas porque en el amor, no hay fronteras, no hay un cuadro que acabar, una parte y otra. No. El Amor son mil colores que se combinan y no sabes dónde termina uno y dónde comienza el otro, como la continuidad de un atardecer. Amar es diferente para cada uno y se puede amar a través de gestos, palabras, miradas... pero nunca con una sola de ellas. Amar se ama con la carne, la saliva, el cuello, las riñas, el alma, los sueños. El amor rebosa el cuerpo de quien lo siente, el amor no tiene diques, ni razas, ni sexos. A mí nadie me ha enseñado nada del amor pero cada mordisco en tu oreja, cada pareja caminando de la mano, cada vez que me abrazas por detrás y me pillas el pelo, cada padre abrazando a un hijo, cada orgasmo que aúlla en la noche cual lobo solitario... todos y cada uno de ellos, sí que le enseñan cada segundo al amor cómo tomar mil formas, siempre bellas, siempre buenas, auténticas, de cómo continuar creciendo, expandiéndose, haciéndose eterno más allá de la mortalidad de nuestros cuerpos.
El amor es lo que nos hace humanos,
y sólo el amor
puede hacernos
libres.

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